19.5.09

Poema de José Antonio Cedrón


.....Desconfía del que ama: tiene hambre,
.....no quiere más que devorar.
.....Busca la compañía de los hartos.
.....Ésos son los que dan.
............Rosario Castellanos


Amaré a esa mujer por la impureza
que descubren sus pájaros salvajes
por los desordenados colores
que ella trae a este mundo blanco y negro.
Su poesía corrige mis lugares comunes
me pone en evidencia a cada línea
apenas la conozco después de tantos siglos
de lavarnos la frente y de juntar las manos:
aquel rigor de látigo obediente
que penetró la sangre
y dio nombre al pecado y a la culpa.
Los custodios que nombro
son piedras de los templos,
la quiebra de los justos.
Ella enseña otra historia, intraducible aún,
a esa mitad que un día creyó saberla entera.
Y no hay resurrección ni costumbre que pueda
una vez que vio el fondo de las sombras opuestas.
La salvación no quiero, ese chantaje.
Quiero sólo la vida de esa mujer que parte
las mitades que faltan del silencio.
La amaré con justeza de asombro milenario
de misterio reciente, poco a poco,
su libertad y la mía descubiertas
para que sea ella, y yo sea yo.

© José Antonio Cedrón

5 Comments:

Blogger macedonianos en Casa Scherpa said...

wow, no sé si el poema me encanta porque tampoco quiero ese o pchantaje o porque me atraviesa de lado a lado tanta poesía. Poema increíble, placer de leerlo, José.
Roxana Palacios

20.5.09  
Blogger diana poblet said...

las mitades que faltan del silencio

una enormidad de verso y un poema que produce cierta perplejidad en su fluír. Muy bello.
Abrazo,
d.

21.5.09  
Anonymous Anónimo said...

Desde el epígrafe a esos versos finales que definen el amor unitivo que preserva las identidades y libertades de dos que se aman, tu poema es bello y hasta imprescindible, José.
Mi aplauso con mi afecto y admiración
María Rosa León

22.5.09  
Anonymous Anónimo said...

¡Cómo me gustó este poema! Cuánta belleza en sus imágenes, cuánta música, cuánta magia y esa profundidad del amor más allá de los silencios. Gracias, por este poema. Gracias
Alicia Perrig

22.5.09  
Anonymous Anónimo said...

Cuánta solidez en tu poema; cuánta belleza adulta, ¡ te amo cedrón ! gracias, Lidia Marcio

28.5.09  

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