Poema de Matías Tisocco
Tristezas y mares de olvido
Desesperaba por esa boca,
Sucumbía ante tu mirada,
Verdes ojos, rosados, australes.
Luz sólo luz.
Cesó la lujuria en mí,
Ya no, ya no más amor.
No nos queda tiempo,
Todo pasó, fugaz, intenso, oscuro,
Sin lágrimas.
Nada queda entre nosotros,
Sólo recuerdos de un hechizo que pasó,
Sólo sombras escondidas
Temerosas de mostrar su rostro febril.
Ya no nos queda tiempo, amor
El camino se bifurcó
Y decidí quedarme en la orilla,
Con los pies mojados, mirando lejos.
© Matías Tisocco
4 Comments:
el amor que siempre puede dejar ese sabor a nada en la distancia, bello poema de amor.
Quedarse en la orilla pero mirando lejos, también puede ser un punto de esperanza en el camino bifurcado del amor.
Muy bello poema. Matías.
Felicitaciones y un abrazo grande
María Rosa León
Lo intenso , suele ser efímero, pero su recuerdo ha de entibiar nuestros pies mojados. Muy logrado. Felicitaciones.
MARITA RAGOZZA
Matías, quizá sólo hables de una pasión, fugáz, que consumió todos los instantes que en su momento pudo con todo.
Más el tiempo, apremia y la vida, la esplendorosa vida nos empuja y nos deja despojados de asombros.
Y todo vuelve a comenzar. Un beso desde el corazón. Victoria
Publicar un comentario
<< Home