Poema de Michou Pourtalé

DESDE LAS ALTURAS

Andarivel suspendido en plena natura de tejido
urbano, desasimiento de una casa, un hogar,
balancín firme entre la mole que regentea a la ciudad,
el balcón. Semejante a un corazón aguerrido,
a la vorágine de un ala de libélula, de pronto
se vuelve violín para interpretar una infinita melodía
resulta una clarinada alegre en un presente triste.
Este anfiteatro lúdico hace estremecer las soledades,
los íntimos anhelos, los acabados recuerdos,
reminiscencias de algún baile y propone
una invitación al despegue de vivir o de morir.
Por momentos parece una alcancía perturbadora,
da aliento en las mañanas de sol y en las tardes de
lluvia, flaquea como payaso llorón. Cada uno distinto al
otro, los balcones son un dechado de encanto
donan un mundo amable, receptivo, de global
entendimiento. Parecen charlar entre ellos a cualquier
altura y despropósito, suelen alienar a las personas
mostrando por arriba un cielo con su carga de oro
largando a la noche brillos mórbidos de estrellas vedettes.
Vestíbulos aéreos se abren como los brazos de un amigo
de la infancia y fantasmales suelen atraer al faltante de la ausencia.

© Michou Pourtalé