Poema de Graciela Wencelblat
Le pido al manzano
que no se mueva
que no haga ruido.
Yo camino leve
como una garza
para llegar a ti
transparente
con las uvas atadas
a mi cintura
para calmar tu sed
y descansarnos.
Darnos el uno al otro
como la semilla a la tierra.
© Graciela Wencelblat
posted by Gustavo Tisocco at 10:53
16 Comments:
Poema con la levedad del paso de una garza y con toda la belleza de un paisaje acuático y con la fertididad que hay en la unión de la semilla y la tierra. Hermoso, querida Gra.
Jorge Luis Estrella
Gra querida, qué lindo poema...me encantó lo de las uvas atadas a la cintura. Un beso enorme. Felicitaciones.
Lily Chavez
La vida con su tersura desde tu poema, Gra
besos
Elisabet
Graciela, me agradó esa comunión del uno con el otro y la frescura de las imágenes propiciantes.
Un abrazo
Betty
Hay fruición natural en el decir de este poema. Precioso,Graciela.
MARITA RAGOZZA
Querida Grace,
un poema que recorre el placer de un "paraíso perdido", plasmado en imágenes de exquisita sensualidad.
Felicitaciones!
abrazotes
Elisa Dejistani
Excelente!!!
Un placer a los sentidos
un poema que exige remontarnos al pecado original, muy bueno
Anahí Duzevich Bezoz
Querida Graciela, hermoso poema. Tú das tus letras a la tierra como simiente poderosa.
Bellísimo. "con las uvas atadas a mi cintura para calmar tu sed y descansarnos" No hace falta más.
Gracias
Abrazos
Alicia Perig
Bellísimo este poema donde el encuentro amoroso es casi un juego de la naturaleza. Mucho verdor y aromas de una estación exquisita para la dulzura del amor. Felicitaciones. Eduardo Chaves
Querida Graciela
supongo que sos vos la que en el comentario de mi texto, preguntas ¿qué es el Andén? Te cuento: es un espacio para leer poemas que yo dirijo en Córdoba, todos los martes del año a las 21.00 Hs.
Si algún día vienes de visita, me encantará concerte. Un abrazo. Eduardo Chaves
Qué bueno, Graciela. Feliz unión.
Un beso.
Metáfora de ángeles devenidos en hombre y mujer.Paraiso perdido y el anhelo que vive. Muy bello.Un abrazo. Antonio.
Graciela: hay una ceremonia mágica en tu poema, y una gradación donde los frutos llegan antes que la semilla para volver a recomenzar en este poema cíclico, que une el amor físico con la fuerza de la naturaleza.Saludos Irene Marks
Precioso,que ese manzano siga ahí para darnos la mano. Abrazos de Julia
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