Poema de Sonia Quevedo
PENUMBRA
Se fue la tarde despidiendo al sol
Entre el ardiente llano y el lejano cielo.
Cayó la noche con su traje gris
Cambiando los colores y las formas.
Los sonidos se ahogaron poco a poco,
Al presenciar la llegada de la luna.
Y sin darme cuenta,
Me encontré de frente una mirada
Que ardiente de deseo y viva la piel
Se aproximaba aferrándose a mí,
Dejando tras de sí,
La timidez y el carmín que antaño
Coloreara sus mejillas pálidas.
Acercose, y acercome el candil
Para simplemente encontrar,
Toda su juventud enfrente de una anciana.
© Sonia Quevedo
4 Comments:
Fuerte, inesperado, buenísimo.
MARITA RAGOZZA
Querida Sonia, hace algún tiempo que has estado publicando prosas/poéticas... celebro alborozado este retorno a la poesía/poesía. Aunque debo aclarar, el giro final lo hace casi un cuento de final sorpresivo.
Muy bueno el poema, casi una historia contada entre la música de la poesía, con un final que asombra. Es la vida desde el principio hasta el fin.
Eduardo Chaves
Sorpresas de la vida: Renacer al deseo cuando nos creemos terminados...
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