6.8.09

Poema de Sonia Quevedo



PENUMBRA

Se fue la tarde despidiendo al sol
Entre el ardiente llano y el lejano cielo.
Cayó la noche con su traje gris
Cambiando los colores y las formas.
Los sonidos se ahogaron poco a poco,

Al presenciar la llegada de la luna.
Y sin darme cuenta,
Me encontré de frente una mirada
Que ardiente de deseo y viva la piel
Se aproximaba aferrándose a mí,
Dejando tras de sí,

La timidez y el carmín que antaño
Coloreara sus mejillas pálidas.
Acercose, y acercome el candil
Para simplemente encontrar,
Toda su juventud enfrente de una anciana.

© Sonia Quevedo

4 Comments:

Blogger Avesdelcielo said...

Fuerte, inesperado, buenísimo.
MARITA RAGOZZA

6.8.09  
Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Querida Sonia, hace algún tiempo que has estado publicando prosas/poéticas... celebro alborozado este retorno a la poesía/poesía. Aunque debo aclarar, el giro final lo hace casi un cuento de final sorpresivo.

8.8.09  
Anonymous eduardo Chaves said...

Muy bueno el poema, casi una historia contada entre la música de la poesía, con un final que asombra. Es la vida desde el principio hasta el fin.
Eduardo Chaves

8.8.09  
Blogger alicia-susana-gomez-bruzzone.blogspot.com said...

Sorpresas de la vida: Renacer al deseo cuando nos creemos terminados...

25.8.09  

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