Poema de Héctor Miguel Ángeli
SENTADO A LA MESA DEL LOBO
Sentado a la mesa del lobo
no hay fruto que me arroje al destierro.
El lobo es un prócer especial.
Cada uno de sus gestos
me abre la puerta del bosque.
Y me daría también la llave
si yo se la pidiese.
No es necesario ser bueno o ser malo
para sentarse a la mesa del lobo.
Sólo se requiere
saludar como todos los días
a nuestros propios asesinos.
Y tal vez algo más:
cavar un pozo en las colinas
para esconder nuestros amores.
Sentado a la mesa del lobo
a veces sueño que he dormido,
pero a veces me consume la dicha
de haber sido una pasión.
© Héctor Miguel Ángeli
3 Comments:
Me causó sorpresa el texto. Tal vez porque es diferente el destino de lo que suelo leer de vos. Pero me gustó, "cada uno de sus gestos me abre las puertas del bosque" pensé mucho en eso, de cómo al asignar un rol a alguien o algo, todo se mueve en base a lo que la imagen representa. Puede que mi cabecita dispare para cualquier lado pero eso es precisamente lo positivo. Un abrazo.
Lily Chavez.
Cavar un pozo en las colinas para esconder los amores, que siempre aflorarán en tu voz de poeta, Héctor.
Aplausos y un gran abrazo
María Rosa León
Brillante poema, con una gran estrofa final
besos
Elisabet
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