Poema de Jorge Estrella

MUCHACHA, MUCHACHA

Muchacha, muchacha,
que vas por la calle bebiendo la brisa,
sentate conmigo, charlemos un rato.
Hablame del perro, del mono, del gato,
del aparador, del aparatito o del aparato.
Contame tu vida, las pequeñas cosas
con olor a menta, con olor a rosas,
tu fiebre atrasada,
tu amor de un momento, tu amor para siempre.
Contame un pasaje del libro Rayuela,
de la noche aquélla que pasaste en vela,
del velero blanco, del velero triste,
de cuando llegaste, de cuando volviste.
Muchacha, muchacha,
con esa belleza de azul cucaracha,
azul como el tul de tu azul bombacha,
hablame del higo, del Hugo, del ego,
hablame en silencio que si no te pego
porque yo soy malo como el pan
y tengo tristezas , dolor de cabeza
y alguna rareza como esa de quererte mucho.
De andar como el perro moviendo la cola,
de andar como el mono durmiendo la mona,
de andar como el gato siguiendo a la gata
mientras en la cueva se aburre la rata,
de andar como el hombre siguiendo a la hembra,
de andar como el río camino del mar.
Muchacha, muchacha,
si vos comprendieras la manera loca
de andarte buscando por la Tierra en vano,
que la Tierra es círculo y el círculo es plano
y todo es lo mismo,
todo empieza en algo y termina en ismo:
sismo, comunismo, seudoclasicismo.
Y toda es la misma,
jugá con los dados, jugá con la vida,
hacete princesa, hacete suicida,
tocá Cumparsitas, Choclos, Entrerrianos,
fundá institutos o asilos de ancianos,
curá a los enfermos, enfermá a los sanos.
Muchacha, muchacha,
que vas por calle bebiendo la brisa,
no dejés torcida mi Torre de Pisa.

© Jorge Estrella