Poema de Leonardo Martínez
ETERNIDAD DE LA SIESTA
Aguardo el atropello
la hueste furiosa de recuerdos
el sordo chistar de las culebras
hoy
ahora
siesta como
boca de incendios y lamentaciones
el gallinero ardido
de plumas y aleteos
gallos iracundos
vociferando el miedo a la iguana
fría y acechante
el sombrío torpor de las higueras
con su duende alerta
Siesta
que arrastra su largo dolor de incesto
en el niño solo
sentado al viento del verano
Siesta
de tíos y tías con muletas de amenazas
de servidumbres empiojadas
y de comadrejas que duermen
para despertar con la muerte
y morder la luna
© Leonardo Martínez
4 Comments:
Leonardo, me encantó, me gustaría leer mucho más de vos, excelente descripción poética, Buenísimo!!!!!!!!
Stella
Bella pintura de esas siestas de pueblo, que como solían decir los del lugar: "Siesta que le piden prestada a la muerte"
Felicitaciones, Leonardo y un fuerte abrazo
María Rosa León
A la hora de la siesta era tan lindo escaparese...
Sensiblemente, Fanny
Leonardo: en tu poema el clima de la siesta se adensa, con todos sus matices y su sensación de ahogo para "el niño solo".La magia, el miedo y el misterio se unen al aburrimiento del niño en esta recreacion que nos tae tu poema con tanta fuerza.Excelente Irene Marks
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