6.1.10

Poema de Miguel Madrid


SALÓN DE BAILE

Entré en recoleto silencio
al salón de baile.
La inconfundible
música de un vals,
enmarcaba en los espejos
la prístina imagen de la pareja.
Resplandecían con luz propia,
al atravesar la opacidad
de los tules envolventes
y donde los caireles
eran las estrellas
de la bóveda celeste.
En giros cadenciosos, interminables,
las figuras de los amantes,
revivían del frío mármol blanco
y del bronce con pátina de café.
En el beso furtivo
el erotismo y la sensualidad,
corporizaban el espíritu latente.
La mirada perdida
de la esclava griega
huésped de la sala contigua,
me estremeció
y por un instante,
pensé en los trágicos amores
de Camille y Auguste,
de Francesca y Paolo.

© Miguel Madrid

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

David Antonio Sorbille dijo..
Querido Miguel, siempre admiré este poema tan sutil y mágico. Te felicito.

9.1.10  
Anonymous Anónimo said...

Bello poema que te lleva de la mano
para buscar a alguien que te haga bailar así
Hay magia sí,como dice David
desde graciela abrazo

21.1.10  

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