Poema de Emmanuel Cassanese

10X15

¿Cuántos besos reposados
de buscavidas itinerantes amanecieron
detrás de aquel árbol
hoy seco de endiablados caprichos?
¿Cuántos proyectos revolucionarios
se deslizaron como toboganes al sol
mientras se cocinaba en aquella parrilla
hoy aislada y aún húmeda
por la lluvia que arremetió el martes?
¿Cuántos fulanas y menganos
escritos con cuchillos de filosas descomposturas
al hundir su nombre
en ese viejo tronco
hoy callado, podrido y triste
hasta su raíz
de caudillos asesinados y vino desterrado?
¿Cuántas zambas retobadas
deshilaron los harapos
de aquellos que con sus pañuelos
cubrieron su desvergüenza de tambores
en este suelo,
hoy mojado de transpiración atribulada
entre las nubes desamparadas
el sol oculto de pavor
y la tierra promiscua solitaria?

¿A dónde se fueron?
¿Qué nuevos caminos habrán inventado
por fuera de este recuadro Kodak de 10X15,
sostenido por mis manos inciertas
a la hora letal del sábado atardecido?

La foto seguirá indemne
a pesar de los años
y el deseo a pesar de lo años
(y de mis manos) continuará inalterado

como una flor
y su promesa anotadas
en el boletín de diabólicos desmayos
cuando dijimos sí
a nuestro insurgente furtivo

como este poema, como esta foto:

Tres…
Dos…
Uno…

…

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© Emmanuel Cassanese
Foto de Emmanuel Cassanese