Poema de Cristina Ramb
Como un cuadro de Gustav Klimt
Un cuarto de madrugada
es un campo herido en sombras
terraplén de sueños apuñalados
sembrando gemidos transmutados
lágrimas, sudores, saliva.
La luna desnuda
el filo brillante de su espalda
la extensión de piel
cordillera húmeda
territorio amado
derrotado al beso.
Caída en lo insondable
de un olvido previo.
El encuentro ha dicho
el sabor del abandono.
Fusión ilusoria
eternidad llorada
limosna de un brillo
robado a la muerte.
Premura al deseo
soledad
realidad del alma
soledad eterna
soledad sin más.
El tiempo enajenado
obsceno, desnudo, implacable
acota la palabra
perpetúa el silencio.
Cae el sol
la noche ya dijo su nombre
se desdibuja el árbol
el pájaro
la tierra.
Quietud, ciclo
rojos, negros
caída, reinicio.
© Cristina Ramb
4 Comments:
Cristina, todo el poema es un paisaje que me hizo pensar y disfruté sus originales imágenes.
Un abrazo
Betty
Primero la foto fue la que hizo caricia a mis ojos y luego tus palabras Cris cubrieron de imágenes, de sentires y me fueron llegando hacia no quería: el final del poema.
Un abrazo
Lily Chavez
El paisaje que proyecta el alma del artista.
¡Muy bello tu poema, Critina!
Aplausos y besos
María Rosa León
Cristina: este paisaje de desencuentros magníficamente expresado y por dentro la metafísica espada de la soledad."Cae el sol /la noche/ ya dijo su nombre": impresiona la síntesis de estos versos donde asistimos a otra historia de incomunicación, a otro dolor que mira sin embargo a un reinicio, con la eterna esperanza del renacer humano, que busca caminos. Logradísimo Irene Marks
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