15.9.10

Prosa de Fernando Trejo



Esa mujer tiene la voz de un huracán protervo. Cuando camina, a su paso deja todo un movimiento de arena por las calles, todo se nos viene encima. Los árboles bajan a sus ramas a cobijar sus hombros, caen los pájaros maduros para silbar entre sus piernas, la misma voz del viento le canta en los oídos una canción invisible. Y todos, estáticos, la vemos irse lentamente, meneando sus caderas como en pasarela.

© Fernando Trejo

5 Comments:

Anonymous Milagros Rodríguez said...

Esta es una mujer muy especial: como tu poesía

15.9.10  
Blogger Nerina Thomas said...

Una mujer que sin duda, ni pasa desapercivida. Guauuuuuuuu
Sabe ella que es observada?
Una diosa para los ojos del poeta!!
Bravo
Un cariño

19.9.10  
Anonymous Anónimo said...

Cuando trabajé de cajero de banco en Barracas había una mujer que producía todo lo que narrás en este jugoso poema. Y no estoy exagerando. Era muy alta, de rostro nada lindo, pero la sensualidad extraordinaria con que movía su onduloso cuerpo al caminar producía, exactamente, los efectos que vos narrás. Varias veces intenté escribir algo acerca de ella y ahora vos decís lo que yo quería decir. Gracias.

Jorge Luis Estrella

20.9.10  
Blogger fanny said...

Querido Fernando Joven Maravilla para la Palabra mágica, sí essa que despierta al amor, y lo deja Levantar en cada amanecer donde tu palabra ilumina.

Gracias por permitirme del aroma del perfume más preciado.

Sensiblemente, Fanny

22.9.10  
Blogger Benjamin Mejias Caris. said...

También he visto esa mujer y lo invade todo.
Gracias Fernando, muy bello.

14.10.10  

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