CONSIGNA DE DICIEMBRE: Poema de Carmen Amato

EL LADO CLARO DE LA SOMBRA

De la transparencia vengo,
de la pureza transparente que atraviesa el aire,
de la región más pura de la mente.

Vengo puramente a esta tierra
en la que mi pie se posa
y no hay pozo que me abarque
porque sutil es mi peso
y mi paso ingrávido,
porque toco transparente, tierna,
mansamente el rostro de las cosas,
el alma de la gente.

El tiempo es un muro que secciona
con luz y sombra el espacio
que antes era abierto
eterno
eternamente extenso y solitario.

Vengo de la interminable línea,
del punto que se fracciona,
del átomo que encierra al universo.
La manzana atrajo mis sentidos
el rumor de los besos
la convulsión del sexo.
En esta tierra a mis pies
acariciados antes sólo por el éter
hoy los abrillanta el agua.

Cortaré mis alas
como las embarcaciones
queman las propias,
me enterraré entre medidas,
dimensiones y periodos,
renunciaré a la eterna duración
del instante
para vivir solo
una temporalidad de siglos y milenios.

Aquí pongo mi pie y tras de él
mis alas, ahora desciendo
para entender el bosque
cuando incendiado devora y arde,
renuncio a la eternidad y su transparencia,
me adhiero al destello de las sombras,
la manzana muerdo,
pruebo unos labios,
colonializo un cuerpo con estas manos
que pierden su pureza
al posarse y navegar un cuerpo ajeno.

Ya vengo de la transparencia
al lado opuesto,
al lado claro de la sombra
y aquí me arraigo.

© Carmen Amato