Prosa de Elisabet Cincotta
ABANDONADA
La vieja casa cruje. La cubre un azul cielo. Sus paredes gimen en soledad maloliente. Los musgos arremeten contra los dinteles, la hiedra salpica los muros, entretejen sus dolores las arañas. La última lágrima de teja sueña con épocas de gloria. Los roedores bailan con los muebles
-danza macabra-
Afuera el jardín entre malezas recrudece.
El frío del invierno la abraza. Ella se retuerce y expira abandonada.
© Elisabet Cincotta
4 Comments:
Bella prosa Eli donde la melancolía, el abandono y el dolor se perciben lacerantes...
Un abrazo Gus.
describes el pesar del abandono de unamanera muy poetica
saludos
veruska
Tus letras, Eli, siempre tocan mi emoción y allí quedan, abrigándome.
Las casas, nuevas o viejas, siempre, de una u otra forma, reflejan sutilmente la felicidad o infelicidad de sus moradores. Mucho más aún vieja, vacía y abandonada, como en este caso. En otras palabras, el desamparo también alcanza a lo que está llamado a brindarlo. ¡Muy buena!. ¡Felicitaciones!
Jorge Orozco
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