10.12.06

Poema de María Victoria Dentice



CIEN MANERAS DE DECIR LO SIENTO

Lágrimas del color
de una lejanía,
Los niños vendados
Invocan mi nombre.
Debajo del alma
la noche es blanca
la noche es cierta
y bebe mi estrella.
Quizá es nada en la noche
Y yo soy nada
Y el cuerpo y la luz
Y esta música que me abandona,
Ante la medianoche que tantas veces fue nada.
Quizá todos fuimos nada a veces.
Quedaba un cielo para devorar y morir.

©María Victoria Dentice

4 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Bello poema María Victoria, donde ser nada trae aparejado dolor y a veces la resignación.
Un abrazo Gus.

10.12.06  
Anonymous Anónimo said...

Sin duda un excelente poema María victoria, dotado de todos los atributos poéticos que es dado esperar. Por otra parte, y en lo personal, me acerca a las reflexiones de la Filosofía Existencial ("El ser y el tiempo" de Martin Heidegger y "El ser y la nada" de Jean-Paul Sartre, etc.). ¡Felicitaciones!
Un abrazo,

Jorge Orozco

10.12.06  
Anonymous Anónimo said...

¡Bellísimo tu poema, María Victoria! Nos hermana en esa incesante búsqueda entre el ser y no ser y nos une en la síntesis plena que es la poesía.
Felicitaciones y un gran cariño.
María Rosa León

15.12.06  
Anonymous Anónimo said...

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A pesar de sus más y sus menos, pienso que la vida nos da la opción de no ser nada del todo.
Muy bello y sentido.
Boris Gold

17.12.06  

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