27.2.07

Poema de Claudio Portiglia


Canción XIV

Crece amargo el limón y en él encierra
su amarillo frutal y decisivo
como un torreón de luz que a canto vivo
desvela los pesares de la tierra

Concede al sol permiso mientras yerra
con su gentil andar casi lascivo
y duerme su virtud ya redivivo
vertido en el cristal que lo destierra

Se derrama se nutre se previene
con su acritud de tanto afeite malo
Es un dije un cañón una silueta

Su corazón no late pero tiene
la dulzura nonata del regalo
que se agita en las venas de un poeta.


© Claudio Portiglia

3 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Y en su corazón la dulzura de la palabra...
bello Claudio!!!

Un abrazo Gus.

27.2.07  
Anonymous Anónimo said...

Bellísimo tu soneto, Claudio.
Cariños
Maria Rosa Leon

28.2.07  
Anonymous Anónimo said...

Bravo por un texto personal y por el aporte a a la permanencia de un género tan entrañable.

Claudio Simiz

21.2.11  

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