20.2.07

Poema de Roberto Roséndiz Carmona


QUIERO MORIR


Quiero morir

incendiarme en holocausto

dejar de saber de ti

olvidarte para siempre

perder la carne

el beso

los murmullos

que te olvides de mí

y de nosotros

que no me llames jamás

que no vuelva nunca más a escucharte.


Dormir

atrapar la amnesia

el síndrome gastado

dejar de amarte

de soñar

de ser un voluntario

de olvidar el mar

la sortija de oro

el peine de plata

las flores deshojadas.


Dejar de amarte

olvidar la ciudad

el vientre

los hombros

los besos

la saliva

olvidarme del mundo

del color de los ojos

de la piel dolorida

liberar la cordura

el infierno gastado

el polvo

los caminos.


Dejar de amarte

morir

que sepas que fue cierto

que acabó la jornada

la luna

los desastres

las cervezas

la noche que inventamos las estrellas

la noche que vivimos

alejados del mundo

subiendo a los tapancos

como gatos en celo

viviendo atormentados.


Dejar de amarte

olvidar las luces de los autos

morir sin sueño

desangrando de amor

lacerando el alma.


Dejar de amarte

martillar la noche

olvidar el desconsuelo

olvidar al aire

que alguna vez nos inundó las alas

que alguna vez nos revivió

el corazón desierto.


Morir

molesto

completamente solo

hecho un jirón

un pedazo de vidrio

en la absurda soledad

que nos tatuó la muerte.


© Roberto Reséndiz Carmona

Del libro "DE AMARGO COLOR SALADO"

4 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Bello dolor Roberto, bello poema...
Un abrazo Gus.

20.2.07  
Blogger Catalina Zentner Levin said...

Fuerte y estremecedor.
Me encantó.
Catalina

22.2.07  
Anonymous Anónimo said...

La muerte deseada frente a la pérdida del amor. Un grito hecho poema en tu voz, Roberto.
Cariños

22.2.07  
Anonymous Anónimo said...

El amor es un ser con vida propia y muchas aristas, unas pulidas otras en punta. Hasta qué punto podemos ordenarle que se vaya o que aparezca... Entra por cualquier rincón, en cualquier minuto despistado y a veces sale de puntillas y otras dando un portazo. Pero creo que la marioneta somos nosotros y él es el director.......y no al revés.

Bellisimo poema, bello en su dolor.
Saludos
Ana Elena

23.2.07  

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