19.7.07

Poema de Roberto Roséndiz Carmona



BEBER NO SIEMPRE MITIGA LA SED DEL ABANDONO

En más de una ocasión la he bebido
he apresado sus labios y el sabor de su lengua
suavemente
he libado la esponja dulce
el suspiro que escapa desde el fondo,
inesperado.

La esperaba desde ayer
desde siempre
como esperan los náufragos
como esperan los desesperados
como esa niña que sueña sus quince años
en medio del dulce aroma de su sexo.

Jugar a amarse
a perder algunos sueños
tan sólo por encontrar motivo a la existencia
jugar a perderse
a paladear esa humedad que brota perfumada
más allá de la ciudad
que duerme la siesta de las cuatro.

Amar sus ojos
el brillo mortecino
abrir las alas
volar desde lo alto para invocar su nombre
navegar sobre la espuma del mar
pescando la esperanza
sentir en la lengua
el sabor salado que escurre por la cara.

A veces
tembloroso la busco urgentemente
diez segundos nos bastan para atrapar cometas
nos bastan para probar la carne
el silencio desnudo
la piel de siempre
la luna que se esconde entre las nubes cuando llueve
la nostalgia que nunca termina de cocerse

La media noche me recuerda el triste canto de los grillos
el croar de las ranas que habitan en el patio
la espalda fría recostada en el mar de la melancolía.

Ayer
solté una paloma
para que buscara una morada en donde guarecerse
un suspiro que volviera a ella
sin que doliera demasiado
un manifiesto de ángeles caídos
con las dudas de siempre
envuelto entre conciencias atrapadas
y unas ganas tremendas de abrir las cordilleras
para encontrar las ventanas que abrirán al mundo.

La he bebido
como una taza de café a las diez de la mañana
para sentir
el luminoso sabor de la negrura
la hermosa existencia
de un ser sin paraíso.

© Roberto Roséndiz Carmona

1 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Poema de cierta desolación que atrapa desde su belleza.
Un abrazo Gus.

19.7.07  

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