Poema de Mariano Shifman
EL SEÑOR DE LAS SEDUCCIONES
Me enseñaron que lo esencial no se aprende:
obraron de maestros mi cuna y mis lunas.
Algunas paradojas alumbraron mi sendero:
simular debilidad para construir fortalezas
callar la palabra justa para que otra boca
se complazca en pronunciarla.
Que atribuyan al azar mis colecciones,
que odien en mí lo que en ellos sería pan de vida;
sólo el tiempo podrá mitigarme, única ley
a la que debo someterme, igual a los iguales.
Mientras tanto, a quien me desprecia, admito:
la razón está de su parte, Salamanca no presta.
Todo don es gratuito.
© Mariano Shifman
3 Comments:
Bello poema Mariano para leer más allá...
Un abrazo Gus.
Muy bello y profundo tu poema, Mariano.
Un cariño grande
Maria Rosa Leon
Un poema que dice más que lo escrito
Muy bueno
Elisabet
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