Poema de Yolí Fidanza

II

Obstinada la noche en derrotar al tigre
que deje de habitar mi pesadilla
que deje ya de ser bello e invicto.

El insomnio me urge y le robo la piel
y con su tela de oro me diseño un abrigo
y con su voz selvática me adorno
y salgo hacia el invierno vestida con su llama.

Ya no viene mi tigre de noche a visitarme,
acaso lo he vencido, tal vez me haya olvidado.
Desvelada, le guardo un cubil en la ausencia
y por que no se borren
las huellas de su paso por mi vida
de papel lo recreo, lo nutro con palabras.

© Yolí Fidanza