Poema de Marizel Estonllo
CESIÓN
Hubo un rey
que amanecía en el tumulto de una calle
donde habitaba un sordo mendigo
A él le entregaban las rosas
los visitantes nocturnos de una aristocracia envilecida
Sus ojos le permitían la ocasión a la envidia
como quien almacena el deseo en vasijas selladas de catástrofes
Cuando se puede oír lo que un sueño nombra de improviso
Y una mano tendida en la escasez es el relámpago anunciado,
Somos reyes nuevamente.
Una tecla cede su sonido al mar.
© Marizel Estonllo
2 Comments:
Bello poema Marizel, para ir más allá.
Un abrazo Gus.
Muy bello tu poema, Marizel, con esa historia tan llena de alegorías.
Un cariño grande
Maria Rosa Leon
Publicar un comentario
<< Home