Poema de Paulina Vinderman
Esta es una ciudad mediterránea y extraño el mar.
Un viento furioso la cubre de polvo
todas las tardes a las seis.
Estoy tan enojada como el viento y no sé qué hacer.
¿Acudir al té de la liebre de marzo?
El poema es ahora un chillido silvestre
que debo controlar hasta el absurdo:
Allí
de perder la cabeza
(pero no el alma localiebre, el alma no).
Sobre breves tazas de té, delineamos con dificultad
un cielo provisorio.
La furia -casi maciza- contrasta con la dinastía
de la porcelana y se desvanece.
Mi corazón y el mantel cubren, la soledad
carcomida por el resplandor de los papeles.
3 Comments:
Bello poema Paulina plagado de cierta desazón, cierto dolor...
Un abrazo Gus.
Muy bello tu poema, Paulina, como siempre es un placer leerte.
Un cariño grande
Maria Rosa Leon
Excelente poema! No encuentro palabras para explicar lo que sentí al leerlo, pero creo que es como si lo hubiese escrito yo, lo siento muy profundamente. No sé por qué.
Un cariño grande.
Patricia González Cerri
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