9.10.07

Prosa de Piero De Vicari



muerdo los ojos del címbalo y cae una furia de espermas, una delgada furia de espermas encadenados y tristes, tan tristes como la piedra enamorada de la sombra o tan encadenados como un sexo que niega su plusvalía de flujos y oscilaciones, de semillas indultando un número, lluvioso, exacto y monocorde, es decir: un número que representa ese cuchillo que clavamos todos, cuando la noche es un cerrojo de aceitunas (tímidamente asesinada) sobre el corazón del mar

© Piero De Vicari


2 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Texto que suena a grito, a cierta desesperación...
Un abrazo Gus.

9.10.07  
Blogger María Rosa León said...

Excelente tu texto, Piero. Siempre es un placer leerte.
Maria Rosa Leon

10.10.07  

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