Poema de Leopoldo González
Después de tantas tormentas
reveses e infortunios
la primavera brotó con savia nueva
en soles que me arropan desde antaño
mi cuerpo se niega a reconocer que los años pasan
............................................... pero pasan
guardo otros soles y otras luces
del tiempo
en que mis pies caminaron
otros sueños y otros elementos
tiempos y sueños hermosos
cuando mis ojos brillaban con otros fuegos
mi pelo
flameaba desafiante
y mi boca
en el discurso o en el beso
encendía hogueras en corazones ajenos
qué habrá sido
..............me pregunto
de aquellas palabras anidadas en oídos lejanos
y de aquellos besos
necesariamente consumidos por otros
de bocas nunca tan hambrientas
y ardorosas como la mía
........parece que después de todo
.....................se viene la primavera de nuevo
mi pecho me pregunta
por esas manos
que alguna vez sembraron
ríos de amor
tormentosos y exaltados
por esas caricias
.........de llovizna y de fuego
.........................de aceites y fragancias
hoy mi tiempo es menos tiempo
mis ojos que perdieron parte de su fuego
en los fuegos del infierno
ven distinta la primavera
porque no hay un espacio
ni una esperanza
de que el amor y la dicha
me visiten para quedarse
sembrando jazmines perfumados
y nardos simples
en mis atardeceres arrasados
de leontinas lluviosas
y soles fríos... blancos ... opacos
aunque nunca es tarde
uno siempre
espera que los astros y los nardos
vuelvan a reír en primavera
las palabra y los besos
otra vez
.....como hace tanto
.............remonten la cuesta
.................................de las horas
y vuelvan a encender hogueras
en las trincheras del piquete
en las conciencias del colectivo
en tus ojos negros mujer
en tu piel de jazmín del cabo
en la esperanza y en la utopía
en aquello que habíamos dejado de soñar.
© Leopoldo González
4 Comments:
Bella melancolía por lo que fue...
Un abrazo Gus.
Por más que nos neguemos a reconocer que el tiempo pasa, pasa inexorablemente y no vuelve más.
Muy bueno y profundo tu poema, Leopoldo.
Un cariño grande
María Rosa León
Leopoldo: lo que nos pasa en la vida queda asentado en el haber y, si fue sentido, nunca se borrará. Cada vez que desee, mientras haya en Ud. la necesidad de revivir todos los hechos del libro de su historia, allí estarán. Claro y por lógica, también revivirá los del debe, porque así se conforman las hojas de ese libro único. Lo saluda, Laura B.Chiesa
Todo bien sueña los sueños perdidos.
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