4.5.08

Poema de Camilo Valverde Mudarra


ARRECIFES DEL ALMA


Los llantos de las estrellas

hienden la dura caverna,

hieren gritos desolados

los arrecifes del alma

en las solitarias lunas

faltas de luz violácea.

Son heridas desgarradas;

Son terrores contenidos;

Son lamentos de tinieblas,

Son desgarros desprendidos

de voces que fueron hombres,

de ojos que fueron amores;

corazones constreñidos,

abrazos rotos de niña,

que joven viste de lágrimas,

se funden en los mares

y, en las crestas de las olas,

incrustan sus verdes quejas

tras profundas hendiduras.

Espumas que van y vienen,

cabalgan lejanas aguas,

infunden roncos rencores,

y aducen recios perdones

de torvas niñas vacías,

con rojas bocas abiertas

hacia esperanzas hundidas

de negros odios cubiertas.

Venganzas, lucros, dineros.

Promesas, mentiras, saña.

Temor, ruina, pordioseros.

Allí, lujo, gasto, patraña,

olvido, acopio, banqueros.


© Camilo Valverde Mudarra

7 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Un grito que ojalá se escuche camilo, un abrazo Gus.

4.5.08  
Anonymous Anónimo said...

Camilo: romance? me uno al grito y al deseao de que sea escuchado, del comentario anterior. Laura B.Chiesa.

4.5.08  
Blogger Avesdelcielo said...

Un clamor que me hizo acordar al poeta latino Horacio, como una necesidad de navegar la vida y evitar los peligros de los arrrecifes de la corrupción. Imágenes fuertes, oscuras que llaman a la reflexión.
Un poema contundente.¡Bravo, Camilo.
MARITA RAGOZZA

5.5.08  
Blogger María Rosa León said...

Los llantos de las estrellas sólo pueden ser contenidos, sin duda, en un canto tan bello como el tuyo, Camilo.
Un cariño muy grande
María Rosa León

6.5.08  
Anonymous Anónimo said...

Amigos:
Os agradezco con pasión vuestros elogiosos comentarios. Son un balsamo reconfortante en la soledad del escritor.
Muchas gracias.
SAludos, Camilo

6.5.08  
Anonymous Anónimo said...

Me uno a su grito Camilo. Solo la fuerza de la palabra puede recuperarnos.
Alicia Perrig

8.5.08  
Blogger Elisabet Cincotta said...

Excelente poema, un grito con fuerza que la palabra otorga.

Elisabet

16.5.08  

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