Prosa de Sonia Quevedo
SIN TESTIGOS
Se fue con la lluvia la sangre derramada hasta alcanzar la mar profunda alimentando peces de colores.
Lo aterrador de aquel momento en el Pacifico sur nadie vio y menos escuchó, cuando enfrentados los diferentes entes armados entre ellos y contra nativos inocentes sus armas descargaron hasta dejar vencido el caserío que indefenso se encontraba.
Con la lluvia la sangre derramada y por el río Guaca entrando en olas gigantescas, se marchó quedando la playa en frente al rancho Guamurú, devastada, sin testigos pendiente del silencio y de la noche callada.
© Sonia Quevedo
5 Comments:
Al perder a esos hombres, al masacrarlos, perdimos la identidad.
Bello grito Sonia, bella denuncia.
Un abrazo Gus.
Sonia: cuántos gritos ahogados en su propia sangre. Cuánta incertidumbre y preguntas sin respuestas para esos seres que dieron el todo por la nada. Poema-verdad lleno de ecos, Laura Beatriz Chiesa.
Muy bello y emotivo tu poema, Sonia. Es un lamento y una denuncia de la violencia demencial y despiadada que agobia a nuestros pueblos.
Un cariño grande
María Rosa León
Como siempre querida Sonia, talento y coraje sin igual. Te sigo leyendo y admirando.
Mi estimada Sonia, un placer volver a leerte y especialmente cuando logras traducir la historia con el arma inquebrantable de la palabra.
Para mí, la mejor forma de hacer justicia.... y no permitir el olvido.
Mi fuerte abrazo de siempre
Andrea Álvarez
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