4.6.08

Poema de María Teresa Andruetto


Las amigas de mi abuela

Íbamos a verlas
los días de los muertos,
cuando la muerte no dolía.
Mi madre (que era hermosa y usaba
tacos altos) nos llevaba de la mano,
se pintaba la boca. Hablaban piamontés,
la palabra cerrada en la garganta a gritos.
Nos ponían vestiditos blancos de piqué
y volvíamos con olor a gladiolos,
a margaritas. Tenían una casa oscura
las amigas de mi abuela, y el tamaño
de un hombre. Ellos en cambio
eran flacos, frágiles como niñas:
se llamaban Geppo,Vigü,
Gennio, Chiquinot.

© María Teresa Andruetto

7 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Cierto misticismo, cierto aire fantasmagórico en este gran poema María teresa.
Un abrazo Gus.

4.6.08  
Anonymous Anónimo said...

Tuve "amigas de mi abuela" que "hablaban piamontés, la palabra cerrada en la garganta a gritos". La primera vez que leí este poema, hace ya bastante tiempo, supe que jamás dejaría de sentirme cerca de María Teresa. Una grande. Verdaderamente grande.
Gracias
Alicia Perrig

4.6.08  
Blogger Elisabet Cincotta said...

Muy bello este poema, con ese aire misterioso que nos envolvía de niños.
Recorde el cuarto del piano en la casa de mi abuela.

Elisabet

4.6.08  
Blogger Avesdelcielo said...

" . . . y cuando la muerte no dolía" verso genial. Reminiscencia tierna y encantadora.
Felicitaciones.
MARITA RAGOZZA

4.6.08  
Blogger María Rosa León said...

Bella y nostalgiosa evocación de la infancia, con esos seres casi mágicos que en el recuerdo cobran otra dimensión.
Felicitaciones, María Teresa y un cariño muy grande
María Rosa León

5.6.08  
Blogger ©Claudia Isabel said...

Encantador, con esa mirada que tienen los niños que van descubriendo la vida...
Un gusto leerte

5.6.08  
Anonymous Anónimo said...

Cuánta ternura en el poema. Cuánta nostalgia. El pasado siempre vuelve.
Víctor Hugo Tissera

7.6.08  

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