Poema de Rubén Derlis
Cuando uno está cargado de silencios
que pretende desagotar con palabras
y no halla el cauce;
cuando uno ama, se sabe amado
y no se decide a quitarse la armadura;
cuando uno piensa en ella
como la verdadera descubridora de la mentira inútil,
pero huye de la ternura
buscando las nadas de las demás
temeroso del amor vital y trasparente;
cuando uno sabe que el otro entrega
un rotundo sí, pero se empeña
en devolver un no sin convicción,
por infantil temor a que descubran
todo el amor que le rebasa los ojos,
ese uno no está en condiciones
para recibir lo que discurre serenamente
–agua, días sin sobresaltos inútiles, amor
que se decanta en la serenidad de lo compartido,
no fraguado en exaltaciones momentáneas–,
sino que viene herido, maltrecho de otras horas,
saturado del mirarse interior,
roído por la “gloriosa soledad”.
Hay que salvarse a tiempo, darse cuenta
que aunque el sol lo recubra por fuera,
es necesario que lo invada por dentro.
© Rubén Derlis
3 Comments:
Buen poema Rubén con un cierre que lo dice todo.
Un abrazo enorme Gus.
Lo importante es tener también luz adentro...
Rubén: buen poema, muy buena reflexión. Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa.
Muy bueno tu poema, Rubén y ese final de antología. "Hay que saber salvarse a tiempo..."
Felicitaciones y un cariño muy grande
María Rosa León
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