2.10.08

Prosa de Sonia Quevedo



AL DESPOJARSE


Quema como la hoguera cuando el viento sopla y se atiza al tiempo.
Como duele la tarde al marcharse en medio de la escarcha sin proteger las hojas de los siete cueros, sintiendo el frío intenso penetrar los huesos casi viejos, desprotegidos y gastados por el tiempo lejano.
Tiembla la piel sin abrigo, cuando la niebla sube desalojando cañones invadiéndolo todo con su densa presencia por entre los pinares; y por ello; quema, duele, siente y tiembla el cuerpo entero cuando el alma en medio de la tormenta se sacude, despojándose de las escuálidas y descarnadas vivencias de todo tiempo pasado.

© Sonia Quevedo

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sonia: estamos protegidos por ella, pero también necesita ser contenida porque sufre todos los embates del alma. Lindo poema. Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa.

2.10.08  
Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Sonia como siempre un texto poético reflexivo e introspectivo. No podrá decirse, ciertamente, que esas memorias sean escuálidas y descarnadas. Tal vez sea mejor aquella aseveración nerudiana:
"Confieso que he vivido..."

3.10.08  

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