25.1.09

Poema de Cristina Pizarro


ARCO IRIS

El terror de la distancia amenaza la ilusión.
El delirio por la flor azul perturba las sombras de los días.
En un desierto de cristales se esconde la justicia.

Oh, Muerte,
levanta los brazos, alza tu mano y atrapa la locura amortajada
con tus garras salvajes.
Ver morir
.......... acaso no ver.
La muerte de pasos cercanos.
La muerte fraternal.
La agonía del amor en sombras.
La muerte del futuro de un niño por nacer.
La muerte del libro que jamás será leído.

Oh, Muerte,
cruza los burdeles más mugrientos.
Atraviesa con toda tu sangre aquellos senderos
por donde marchan los reyes más hipócritas.
Aférrate a la desnudez clara.
Rodea de flores los cuerpos más bellos.
Gira hechizada entre la tierra y el cielo.
Enciende las estrellas quitándote la capa bordada de esmeraldas.

Y tú, vuelve a nacer en este túmulo de la tempestad.
Ahora y siempre,
celebremos nuestras vidas.
El dios del fuego crepita a lo lejos.
Y así, en silencio,
juntos oiremos una voz sin fin.

Canta un himno al arco iris.

© Cristina Pizarro
foto: Gustavo Tisocco

5 Comments:

Blogger Alberto Peyrano said...

Cristina, hermosa obra que sacude al alma y con un maravilloso final.
Un abrazo, Alberto

26.1.09  
Anonymous Anónimo said...

Bellísimo tu canto como una hermosa rogativa por la justicia y por la paz, Cristina.
Felicitaciones y un beso grande
María Rosa León

27.1.09  
Anonymous Anónimo said...

Cristina: La fuerza de este poema proviene de la oposición vida-muerte, entre "el delirio por la flor azul" y los "burdeles".En todos los aspectos de la vida, nombrás a la muerte, como si quisieras conjurarla, derrotarla, tal como hace Dona Flor cuando llama a Vadinho. Intensidad que duele y que consuela.Besos Irene Marks

28.1.09  
Blogger LIDIA CARRIZO said...

La lucha :es vida!
siempre enarbolando la verdad que es justicia. estamos faltos de su cumplimiento, como tú bien enarbolas sus banderas en un desprendimiento y súplicas para que ello se revierta. mi aprecio
Cristina.
Lidia Carrizo

28.1.09  
Anonymous Anónimo said...

Indudablemente, este poema es un conjuro contra la injusticia de la muerte. Celebro su fuerza y su belleza. Gracias
Alicia Perrig

30.1.09  

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