Poema de Graciela Caprarulo
las he visto
danzaban en los bosques
paganas, desnudas, peregrinas
todas ellas mujeres de mi sangre
nutrían con sus pechos a un linaje
de guerreros y de magos
plegaban sus intensas cabelleras
diosas ocultas detrás de los telares
habitaban la Noche, los sueños
guardianas del fuego y de la lluvia
danzaban a la luz de las estrellas
y de sus cuerpos les crecían alas
brazos les crecían
colas de sirena, ojos ambarinos
danzaban y aullaban a la luna
mezclaban las sustancias del bosque
en sus calderos
el almizcle y la sal
raíces de mandrágora
las he visto arder en las hogueras
aullaban su furia
arrullando cachorros de leones
acunaban los huesos
soles nacieron de sus manos
y de sus labios
brotaban pétalos como canciones
la tierra sembró sus holocaustos
y aún desde las piras guardaban los misterios
la Noche en que fueron devoradas
dragones desatados custodiaron sus reino
desde allí regresan insepultas
renacidas en cada primavera
© Graciela Caprarulo
4 Comments:
Hermoso poema. Del territorio del mito y la noche viene esa estirpe, siempre regresando, para que el fuego se apague y la lluvia no cese.
"soles nacieron de sus manos / y de sus labios / brotaban pétalos como canciones"
Me gusta, tiene el ritmo de antiguos de antiguas invocaciones.
¡Excelente tu poema, Graciela! Y ese cierre tan esperanzador de saber que esas mujeres míticas renacen en cada primaver.
Felicitaciones y un beso grande
María Rosa León
Abro este pooema y me florece por su piel, Romiglio Ribero.
Gracias por la tocaya remebranza.
Sensiblemente Fanny
Los ancestros renacen con forma de palabra. Gracias por recordar. Un abrazo. Antonio.
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