Poema de Julio Carabelli
En las nubes
A ella le gustaba bailar
íbamos al Marabú
al Picadilly
y más tarde
a esos patios tangueros para gente grande.
Ella era feliz
se bailaba hasta el fernet
y cuando tomábamos una copa sus pies
garabateaban corcheas bajo la mesa
como si aquel tango que tocaba Pugliese
anunciara el fin del mundo en percusión.
Yo la acompàñaba bailando como un wichi con botas
porque nadie pudo decir nunca que ella no tuviera gracia
la tenía en demasía
tanta
que yo la veía bailando asteroides
bajo la mirada de santos circunspectos
señores del Big Bang
y un jurado de ángeles milongueros.
Entonces
ambos nos deteníamos frente al paraíso
cuyo techo era un parral
y ella
mientras me abrazaba
corrompía a San Pedro guiñándole una teta.
© Julio Carabelli
5 Comments:
Una Guiñadita tanguera de "esas" don Julio, para el poema.
Sensiblemente, Fanny
Una hermosa pintura de un pasado tanguero, Julio.
Aplausos y un gran abrazo
María Rosa León
Con melodía y arrabal resuena y vibra tu poema.
Elisabet
Esas descripciones cantan, bailan y pintan el poema.
Fue un gusto leerlo
Betty Badaui
Hola Julio.
Tu poema es un reguero de bellísimas imagenes que se deslizan sobre el firulete de un tango.
Un placer leerte
Gabriela Delgado
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