24.2.09

Poema de Héctor Urruspuru


Viendo los cometas

Los cinco estábamos en la vereda, viendo los cometas.
Los cinco éramos mutilados de la guerra.
En nuestras manos vasijas de terracota
así en nuestros iris, galerías secretas de Egipto.
El gato velaba nuestros insomnios de nieve y morteros.
Nuestra mente era un cruel fenakistiscopio;
siempre tu apergaminado cuerpo en los campos de Marte
eh? siempre.
-Son diez pesos, señora-
Tahúres en desuso acicalaban la arena
.................................................. la arena
.................................................. la arena.
-Son diez pesos, señora-
Los cinco en procesión silente por la ladera del Chomolungma.
Los cinco en una almadraba de alucinaciones, senderos equivocados.
“Señoras, señores... el infierno es no saber que hacer”.
Las ruinas son amarillas.
Todo es antiguo.
Anubis danza en la calle iluminada.
-Son diez pesos, señora-
Fueron los bombarderos y los miembros desparramados
............ en los escombros de la escuelita.
-Son diez pesos, señora-
El bramar de los camellos, el aliento caluroso del desierto.
Los cinco descompuestos de dolor, la morfina
............. en el torrente sanguíneo.
................... Somos ruinas amarillas.
................... Somos ruinas amarillas.
Kheops Kefrén Ghizeh Karnak.
La luna en los hospitales.
-Son diez pesos, señora-
Mi pierna, tu brazo, mis manos, tus ojos.
La depuración de las razas en la boca de un fusil
.................................... y en los belfos de un loco.
Los lobos no mueren.
......................... Los lobos no mueren.
-Son diez pesos, señora-
Los niños flotando en el río
el Nilo flotando dentro mío.
La moneda tintineando en la copa de metal.

Los cinco estábamos en la vereda, viendo los cometas.


©
Héctor Urruspuru