5.3.09

Poema de Edna Pozzi



Madre, disparaste sobre la cara tersa
y era invierno.
Yo vi tu pollera alzarse y los nudos violáceos
de las piernas
cuando te alzaste sobre el fusil
tú, judía espléndida de veinticinco años,
mientras mirabas el hilo de sangre oscura
y las hiedras y las arañas en esa cara lisa
como un huevo
esa cara con pequeños mechones de lana gris
que se inflaba y escupía su gota de sangre ácida
mientras tú gritabas como un campanario abierto
lleno de voces
y el fusil era una rama de laurel y de olivo.

A la noche extendiste el blanco mantel
y sobre la mesa almendras y guindas confitadas.
Abrigarse, niños, y comer bien.

Y sonreías en la intensidad celeste
de las lámparas


© Edna Pozzi
Pintura: Mónica Palla/Daniel Marino

12 Comments:

Anonymous Anónimo said...

gracias, poeta, me aflojaste todo
hermoso, cálido y duro, me dolió
un abrazo francisco

5.3.09  
Anonymous Anónimo said...

Edna
abrazo tu poema
doloroso y de inmensa ternura
tu poeta
eres grande
y maravillosas tus letras

desde graciela abrazo

5.3.09  
Blogger Elisabet Cincotta said...

Un poema doloroso que guarda un tierno recuerdo.

besos
Elisabet

5.3.09  
Anonymous Anónimo said...

Edna:

Un GRAN hermosísimo poema. Créeme, me ha emocionado profundamente.

José Manuel Solá
[Puerto Rico]

5.3.09  
Blogger Avesdelcielo said...

Colorido, dulce, conmovedor y muy bien acompañado de la pintura.
MARITA RAGOZZA

6.3.09  
Anonymous Anónimo said...

Excelente tu poema, Edna. Me pareció ver, como en una secuencia cinematográfica, toda esa cruda historia.
Felicitaciones y un beso grande
María Rosa León

6.3.09  
Blogger macedonianos en Casa Scherpa said...

qué maravilla de autenticidad la poesía. gracias, edna. gracias, gustavo.
ro

7.3.09  
Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Un doloroso recuerdo hecho arte mayor. Intenso y bello.

8.3.09  
Blogger Emily said...

querida, admirada Edna: poesía inmensa y un recuerdo tan imborrable como doloroso. Sos muy grande. Gracias por tu entrega.
Emi

8.3.09  
Anonymous Anónimo said...

Admirada Edna:
Me pongo de pie. Y aplaudo. Con lágrimas. Aplaudo.
Gracias
Alicia Perrig

9.3.09  
Anonymous Anónimo said...

Edna, un poema que recorre mis venas hasta estremecerme de ternura.
Cómo se lo sientte!! es maravilloso este canto que brota de tus entrañas.
besos myrtha

11.3.09  
Anonymous Anónimo said...

Edna, la memoria camina aquí conjugando el dolor y la fortaleza del alma para estar de pié. Contrastes de sombras y luces, con un delicado final que honra la fuerza interior de esa luminosa MUJER.
Simplemente, grandioso poema!
Un cariño enorme.
Mirna Celis.

27.3.09  

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