Poema de Lidia Vinciguerra
MONÓLOGO DE UNA LÁGRIMA
I
Lloro.
Lloro la soledad.
Acompasar esta inercia de lágrimas ante un robusto cachorro
que apenas demuestra pequeña, su futura ferocidad. Pero lloro.
Lloro cuando deja la orina y el ladrido en el privilegio del silencio, en el arrogante desayuno que me reservo
como quien define su propio rostro en el espejo,
y la propiedad de la sombra o dejar el encono
o la sospecha de la amargura
sobre una almohada de plumas negras, irredentas.
Lloro al pobrecito quebrado por el paco.
A la niña vendedora de flores viejas, su cuerpecito de virgen
entre lujurias de noche abandonada en Corrientes y Florida.
Pero más lloro porque lloro.
Porque lloré a mamá cuando quebró su cadera,
cuando Dios o sus ángeles –porque eran de ella los dioses y los ángeles, los fantasmas y los infiernos de las tres de la mañana–
resistieron su andar esbelto y se volvió endeble y precaria,
primitiva en el dolor,
lenta, de una lentitud insobornable
que maltrata adentro, muy adentro,
más adentro que el aullido de cachorro con hambre.
Lloro la soledad.
Lloro con la soledad.
Lloro por la sed. Lloro el desarraigo de madre,
el cajón de madera, las flores migrando de perfumes,
los pañuelos arrugados en el bolso, la cruz innecesaria
denostando a Otro muerto.
El final, las cenizas arrojadas por otras manos
de otros desdichados.
Lloro el regreso sin ella.
Oh madre, hubo que seguir el camino, abrir la puerta, mirar el vacío de tu silla, desarmar tu cama, tirar lo innecesario, un atadito con las ropas y leer tu agenda, tus oraciones a las vírgenes, tus páginas señaladas en libros y fotos testigo hasta que el recuerdo estalle en lágrimas madre. Y la piedad.
© Lidia Vinciguerra
12 Comments:
Bienvenida Lidia a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos.
Mes a mes serás publicada.
Un abrazo Gus...
Por fin la editora cede su lugar a la poeta.
Bienvenida,
Osvaldo
Lidia, hermoso porema-homenaje. Siempre es triste esa partida. No solo hay que desarmar cuartos, muchas veces hay que re-armar con retazos, tantos recuerdos. Bienvenida y feliciatciones. Marta Ravizzi
Bello y conmovedor tu homenaje y hermosa la evocación de esa figura que gravita tanto en nuestras vidas.
Felicitaciones, Lidia y un beso de bienvenida
María Rosa León
Lidia: bienvenida ...qué lindo que tus letras acompañen a estas otras letras que están llorando, riendo, gritando, amando en esta Revista ambiciosa. Tu llanto abarca la soledad toda,las grandes ausencias y las vidas con tantas incógnitas de otros seres fuera de nuestro campo, volcado en este monólogo genial. Un abrazo de Laura Beatriz Chiesa.
Llanto que duele, que desgarra ante la ausencia. un beso
Bienvenida Lidia.
Enorme es el río que recoge tantas lágrimas por siglos derramadas; los seres humanos y en especial los poetas del mundo, viajan con ellas por el crecido caudal de la tristeza.
Gracias por compartir este hermoso y gran sentimiento poeta.
Sonia
lida: atodos nos ha tocado desarmar cuartos con las manos llenas de recuerdos y dejar de lado loque aun tiene vida para nosotros , un triste y bello recuerdo unbeso grande
maria elena tolosa
Ay poeta! Todos lloramos pérdidas dolorosas que nos dejan desnudos y expuestos, pero fijate qué dichosa has sido de tener una madre que te colmó de ¡tanto! y te inspira un poema cómo éste. Alda Salzarulo
Desde las lágrimas, aguas recorren nuestra vida y la de los otros. Muy bueno el poema, de una sensibilidad especial.
MARITA RAGOZZA
"Y la piedad"... Todo eso y la piedad.
Rubén Vedovaldi
El hombre tiene la virtud de poder
sobrevivir al dolor de lo ausente!
Nada ha de conformar, pero el tiempo es el que acomoda las aguas!
nada nos duele tanto como la pèrdida de un ser tan especial como la madre!
gracias por compartirlo!
LIDIA CARRIZO
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