Poema de Pablo Mora
Jesús, en su trinchera, guerrillero
Jesús, volcado sobre el mundo, injerto
entre los continentes y los mares,
sobrepasa el fragor de los azares
y acampa en el confín de cada puerto.
Jesús, con el mensaje al descubierto,
despliega su bondad entre los lares
y apacigua el dolor, los avatares,
con hondo afán entre su amor despierto.
Artífice de paz y sobrehumano
bastión por su evangelio altivo, ardiente,
fragua la hermandad en cada hermano.
Y es símbolo de amor incandescente,
para el mundo Patriarca Soberano,
con veinte siglos en su enhiesta frente.
Jesús, en el zaguán contemplativo,
le señala al mendigo su sendero;
le acompaña en su duro derrotero
y prodiga el milagro, compasivo.
Jesús, el incansable, pensativo,
escándalo, abatido, prisionero;
Jesús, la encarnación del misionero,
entre la historia un punto suspensivo.
Jesús, en cada amanecer presente,
convierte las tinieblas en aurora
y expande por el orbe su simiente.
Jesús, con su mirada abrasadora,
al desgranar perdón al penitente
eternízase en su obra redentora.
Jesús, radiante péndulo del mundo,
precisa cada horario de la historia
y surca los solares de la gloria
con claro acento y con compás rotundo.
Jesús, paciente, fraternal, fecundo,
enclavado en la cruz de la victoria,
martilla al peregrino la memoria
con ancha paz y con amor profundo.
Jesús, en el pesebre, en el Calvario,
Jesús, pastor, hermano, misionero,
Jesús, inconfundible visionario.
Jesús, en los olivos, prisionero.
Jesús, el del proverbio lapidario.
Jesús, en su trinchera, guerrillero.
Tú que sin duda fuiste el más valiente
de los hombres. El revolucionario
que prefirió morir en el Calvario
antes que doblegarse mansamente.
¡Sal de tu Iglesia! ¡Coge la montaña!
Y a quienes luchan rige y acompaña
en tan heroica y santa rebeldía!
© Pablo Mora
6 Comments:
Un retrato real de esa figura que llegó para cambiar la historia y que no vino a traer la paz (cómoda y conformista) sino la espada, tal la propia definición.
Felicitaciones, Pablo y un fuerte abrazo
María Rosa León
Pablo querido,
ya te expresé a tu correo personal, se lo dije a Cristina Castello, me lo agendé a mí misma en los ojos del alma.
Difícil de lograr un escrito algo más espléndido sobre el Compañero Jesús.
Maravillosa tu palabra.
Con mi abrazo y cariño,
d.
Pablo, hermoso poema dedicado a Jesús que no solo está en la iglesia, tambien está con nosotros, en cada hermano tendido en la cama de un hospital, en cada niño que llora, en cada hombre que sufre, sí Pablo, Jesús tal como lo describes está con nosotros.
Un beso
OLIMPIA BORDES
Pablo
Una imagen de Jesus muy bien captada.
GRACIAS
Maria
Muy buen poema. Alda Salzarulo
Pablo tu Cristo es el Cristo que cruzamos a cada rato en nuestra ámerica pobre y en muchos otros lugares, como siempre hermoso. Tu cocuiza
Publicar un comentario
<< Home