23.4.09

Poema de Ricardo Rubio


NACER ES MORIR

El tiempo se seca en el cielo
y no repara en las muertes de nuestro almuerzo.
Esta ceguera es el lugar más inseguro del espejo
y nuestra carne, propicia para el deseo,
se fuga hacia el sueño
buscando un cementerio para el alma.
Mis ojos se cierran al siniestro,
el fin del siglo saca punta a la vejez.
La necesidad de invadir hasta el lamento
es color ausente en la quietud del mediodía.
Este amor de agua que me ahoga,
inobservado por el tiempo,
desprestigiado, loco,
es un reloj descontrolado
en las colgantes ramas de un sauce,
en la inocente agresión de un poniente rojo,
en el minúsculo grito que precede al dolor.
El llanto que riega mis mejillas
espera que la tarde se alce,
y cante.

© Ricardo Rubio

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"...el llanto que riega mis mejillas/ espera que la tarde se alce,/ y cante."
Excelente cierre para tu excelente poema, Ricardo.
Felicitaciones y un fuerte abrazo
María Rosa León

24.4.09  
Blogger Unknown said...

Son todos muy generosos. Gustavo que publica poemas que ya no me parecen propios (ya no deben serlo), y María Rosa que les encuentra algún brillo. Muchas gracias, otra vez, por arrebatarle plumas al silencio.

26.4.09  
Anonymous Sonia Quevedo said...

Ricardo:
Hay tal sentimiento en tus palabras, que llevan a un encuentro con vivencias idas y a ese dolor, producto de las mismas.

Mis respetos poeta.

4.9.10  
Anonymous Sonia Quevedo said...

Ricardo:
Hay tal sentimiento en tus palabras, que llevan a un encuentro con vivencias idas y a ese dolor, producto de las mismas.

Mis respetos poeta.

4.9.10  

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