23.6.09

Poema de Norberto Barleand


PERFUME DE NOSTALGIA

Era otoño
el patio se cubría de violetas.

Recuerdo los silencios,
tu voz era un canto de coraje,
el sombrero acariciando los ojos verdes,
para mirar más allá de la luz

Protegiste mi noche destemplada
al amparo de la lluvia.
Fue en una siesta de travesura infinita
aquel reto poblado de ternura.

Padre
joven aun,
de tu hombría se apropió la muerte,
yo,
dejaba el niño en la vereda
en un túnel devorado de congoja.

Sin embargo,
Padre,
todo sucedió después,
casi todo,
crecí,
crecí con el esplendor y con la sombra,
con las luchas, las treguas,
con las banderas y los diluvios.

Amé,
amé los pájaros y el aire,
amé los árboles y el viento,
no hubo rincón ni espesura que no haya amado.

Todavía conservo la pasión,
......................... la furia
la carnadura de tu ausencia.

Debo decirte,
Padre,
las cosas no fueron tal cual comentabas
cuando parían los sueños.

El mundo no es el mismo,
la gente corre
con un rictus de pena en sus rostros de asombro.

Los niños no juegan,
no patean jardines entre parras ocultas,
ni acarician las uvas en hamacas de arena.

Los ríos y los mares se inundaron de barro,

Vida y muerte
son monedas en ascenso de valores confusos.

¿Quiénes atrasaron las cuerdas,
las coordenadas del revés?

Aquí estoy ,
Padre,
con el mástil al hombro, el puño elevado,
sin las manchas del tiempo,
sin fronteras quebradas.

¡Cuanto duelen los astros¡

Padre,
Honré tu memoria
con trabajo
con rosas y vientos en los brazos del alba
cuando exhalan los hilos de una flor extendida.

Padre,
conservo olores de manteca en la cama,
el carbón de las mañanas
los chicos rondando macetas y baldosas.

Padre es tarde, muy tarde,
beben jilgueros en la ventana
dejan un sonido de nostalgia.
La paz de este refugio balbucea recuerdos.

Debo decirte,
ya no hay niños en la casa,
solo adultos,

otras figuras transitan los licores
despiertan al son de una música nueva,
bailan compases de esperanza
enhebrando palomas,
glosando colores en las nubes
donde comparto las ráfagas y el vuelo.

transito las arrugas de la noche,
y este poema que no concluye

¿Qué mas puedo decirte después de tanto tiempo?
Padre


© Norberto Barleand

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Querido Norber
Bellísimo poema
tierno
tan sentido!
Hermosas metáforas
me llegó al cuore
y algunas lágrimas dejé en el

desde graciela abrazo

23.6.09  
Anonymous Anónimo said...

Muy bella y conmovedora evocación de la infancia, Norberto.
Felicitaciones y un gran abrazo
María Rosa León

23.6.09  
Anonymous Anónimo said...

imágenes y sentimientos, tan bien expresados¡felicitaciones!
AnahíDuzevich Bezoz

23.6.09  
Anonymous Marga Mangione said...

Norberto: Tu poema me hizo pensar mucho en mi nieto menor, cuyo padre, mi hijo, partió cuando él tenía sólo cuarenta días.
Hoy, con seis añitos y sin haberlo conocido, dice que lo extraña.
Él también cuando crezca, conocerá un mundo distinto al que su padre le hubiera enseñado a ver. Un mundo indiferente y triste, donde reina el desamor.
Pero no debemos perder las esperanzas. Algún día todo cambiará para bien, nosotros debemos intentar hacerlo, ¿no te parece?
A mi también tu poema me hizo llorar.
Un abrazo
Marga

26.6.09  

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