24.6.09

Poema de Salo Pasik


Dios puso un dedo tibio
sobre mi frente
y fue luz.
Y la memoria.
Sangre que
a través de siglos
cobijó dolores y heroicidades,
bejezas y esperanzas, aburrimientos,
naves, heridas
y amapolas,
túnicas y fusiles,
piedras,
llantos y miradas.
Y a través de toda eternidad
la búsqueda
de un lugar,
del punto de partida
del punto de llegada
para completar el círculo omnipotente
de la libertad.

© Salo Pasik

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Todos los dones de Dios y el más preciado, la libertad.
¡Una maravilla tu poema, Salo!
Felicitaciones y un abrazo grande
María Rosa León

26.6.09  
Blogger ©Claudia Isabel said...

Será que no hay libertad sin lugar? aunque la libertad pretenda despojarnos de lugares, debe existir el punto de partida y de llegada...
Excelente poema!

26.6.09  
Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Un poema dónde todo lo que finaliza vuelve a comenzar. Salo ¿porque debemos luchar por la libertad, si nacemos libres? ¿cuales con las cadenas que nos imponen? ¿religión? ¿política? ¿genéticas?
En fin, como verás tu poesía me dejó pensando... mucho. Gracias.

26.6.09  
Anonymous Marga Mangione said...

¡La libertad! Nuestro bien más preciado y el más dificil de conseguir.
Muy buen poema. Estremece y duele.
Saludos
Marga

26.6.09  
Anonymous Anónimo said...

La vida es ese viaje de ida y vuelta que nos devuelve al principio y durante el cual cada hombre va buscando aquello que le sirva para anotar su nombre y así poder permanecer. Esa osadía cuesta. Has elegido el camino correcto y lo has conseguido. Tu poema te lo promete. Alda Salzarulo

27.6.09  

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