Poema de Pablo Mora
PADRE
(1906-1993)
También mi padre fue un caballo viejo.
Muchas veces durmió a la intemperie.
Anduvo con la vida desde lejos
hasta que dio la muerte en su querencia.
Madrugaba temprano a los corrales,
la noche lo encontraba de regreso.
Cuando apenas soltábanle las riendas
la nueva madrugada lo enlazaba.
Muy orondo cruzaba las corrientes.
¡Mire si hubo torrentes en su vida!
Su brida nunca le brindó descanso.
Mi padre guindó el tiempo en sus aperos.
Con casi ochenta y siete galopazos,
logró alcanzar a Dios en su carrera.
© Pablo Mora
9 Comments:
alcanzar a dios, necesario e imposible
Da gusto imaginar al valiente jinete desafiando a Dios a una carrera cuadrera... y ganarsela. Hermoso recuerdo.
Todo lo tuyo, impecable Pablo.
Ya lo sabés porque siempre te lo digo.
Tu poema, todo un recuerdo.
abrazo,
d.
Muy bello tu poema-homenaje, Pablo.
Me conmovió tu evocación.
Felicitaciones y un gran abrazo
María Rosa León
Los poemas a los padres son muy especiales, este lo es Pablo, porque uno como hijo pone allí el corazón y eso se nota. Un disfrute leerte.
Lily Chavez
Definitivamente Único, como vos.
Sensiblemente, Fanny
Pablo, cuánta verdad que encierra tu poema, así es la vida del hombre habita el campo, su sangre late en la tierra que camina.
Gran paisaje este y bello homenaje!
Un gran cariño.
Mirna Celis.
Merecido SU ARRIBO.
Un abrazo de aquellos!!
También mi padre fue un caballo viejo...
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