20.8.09

Poema de Susana Mabel Lizzi


Compasión

Entre tantas heridas
yo tuve la que sangra
por los otros
(para mí
conservé la energía
del dolor exiliado).
He traspasado la piel de las palabras
con las esquirlas de mi lengua.
Por eso
a veces
soy un fantasma visible.

Le dije a Dios
un día
”¿Qué voz debo escuchar?
¿la que el desvelo de tu nombre
tropieza en los altares
o la del que nada sabe de salmos y alabanzas?”

Quiero creer que Dios me ha contestado
esto que encarna mi latido
esto que sueño cada noche
esto que ejerzo desde el hombro hasta la espina dorsal
esto que impide
que adorne con falsía la clásica novela
de la tarde
y que me siente a ver pasar la vereda por mi calle
esto que me arremete y me conduce
más allá de mi límite.

Qué importa si esto es lucha y si esta lucha
me hace pecadora!
quizá,
también la aceptan como ofrenda en el cielo
si la rechaza el hombre.
Que me perdone el nombre
de las altas esferas.
La fuerza no me alcanza
para ser imperfecta
de corazón. Mi alma está tan sola
como la de los pobres solos
y de los solos pobres.
Esta es la certeza de que hoy dispongo.

Después de todo
el amor es la muralla más auténtica.

© Susana Mabel Lizzi

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El amor como muralla... ¡Muy originalk, Susana!
Aplausos y besos
María Rosa León

21.8.09  
Blogger Avesdelcielo said...

" yo tuve la herida quwe sangra por los otros . . . " es el comienzo de este maravilloso poema que apuesta a la lucha y al amor.
Excelente, Sú.
MARITA RAGOZZA

23.8.09  
Blogger Susana Lizzi said...

Gracias, María Rosa. Es lindo tu comentario. Beso grande! Su

23.8.09  
Anonymous Anónimo said...

El amor como muralla y como ofrenda, aunque sea pecado. El amor contra todo y a favor de todo. Magnífico poema que encierra un sentimiento auténtico e invaluable. Gracias, bella y querida Su.
Abrazos
Alicia Perrig

30.8.09  

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