Poema de Eduardo Chaves
CONTRAMANO
A veces uno siente que está peor que un sapo
después del paso ingrato de un urgente camión
que la esperanza es menos que una lata vacía
las manos sólo un par de periódicos viejos
y la mirada una larga historia
sin finales abiertos ni puntos suspensivos.
Uno es igual que aquella escoba vieja
...... despeinada y soltera
detrás de alguna puerta en el cuarto de atrás
o ese zapato izquierdo que perdió el compañero
y que agoniza insomne al pie de una vereda.
Entonces uno dice, por decir nada más:
¿es esto el purgatorio? ¿estoy de sobra y basta?
¿qué tiene aquella plaza sin bancos para mí?
No hay ni siquiera el gusto de llorar por lo bajo
soñar con el suicidio
o dar alguna lástima parecida al gorrión
que amaneció muy tieso después de la nevada.
En esos días ciegos ... salvajes al oído
qué bien vendría un telegrama
anunciando que llega un globo aerostático
una voz en la radio diciendo algún poema
o el tropiezo minúsculo de una sonrisa joven.
Cualquiera de estos hechos sería un universo
.. y uno tal vez se viera
.. mejor en los espejos.
© Eduardo Chaves
Pintura: Edvard Much
16 Comments:
Sabés que es así!
que una cosa pequeña, algo en que no creíamos nos puede transformar este mundo interior que habitamos...
Me encantó tu poema Eduardo.
Un abrazo
Tu poema es el espejo donde nos miramos a veces... Otras, se nos abre alguna ventana. Muy bueno. Adriana Maggio
Hola Edu; primero felicitarte por lo de anoche en la Feria del Libro donde El andén de los juglares, tu orgullo, brilló con un Teatro Real repleto de gente entusiasta. Y otra decirte que este poema tiene tantas cosas que pesar y uno va leyendo y asintiendo, lo lindo de leer poema que nos dejan las puertas abiertas a la reflexión. Un beso.
Lily
Muchos de los versos de este texto, Eduardo, son alejandrinos divididos en dos claros hemistiquios de siete sílabas cada uno. Ésto, que parece puramente formal, le da al poema un ritmo, una cadencia y un aroma especial que se agrega a los otros valores altos e innegables que tiene. Me encantó, te mando un abrazo.
Jorge Luis Estrella
Querido Eduardo,
sin dudas, la palabra poética nos resguarda de nosotros mismos, de las intermitencias, del escepticismo, y aún del olvido; como lo expresas en este singular y precioso poema. Te felicito.
Un gran abrazo
Elisa Dejistani
Eduardo:
Un gran poema, irónico, jugoso, impactante, humorístico y filosófico. La existencia humana siempre se presenta problemática; aquí se deja enganchar y entrometerse con la escoba gastada y soltera, un gorrión, un zapato.
Eres un gran poeta.
Saludos, Camilo
Qué buen poema Eduardo.
Te felicito
Alicia Borgogno
... en esos días ciegos salvajes al oído... y la poesía como un universo, sin duda. Bello e inteligente poema, Eduardo. Fabiana
Algo pequeño puede abrirnos al mundo. Bello poema.
Besos
Elisabet
Cuantas imágenes para transitar que tiene este texto! Excelente!
Eduardo, poeta, mi corazón ha armado una fiesta al leer este poema que abrazo. ¡MAGNIFICO!
José Manuel Solá
[Puerto Rico]
David Antonio Sorbille dijo...
Gran poema. Una factura impecable. Felicitaciones.
Un poema como éste, Eduardo, es también un universo en sí mismo.
Felicitaciones
Mariano Shifman
hermoso poema Eduardo,cuando las palabras simples estan aunadas a pensmientos importantes,entonces las frases adquieren la relevancia que el autor pretende,y para nosotros es un deleite como lector cuando en conjunto se logra(me gustó tu poema ademas de todos los apelativos que usaron nuestros amigos poetas para elogiarlo,digo tambien que es simpático)
Qué buen poema Eduardo!!!!!siempre hay pequeñas o grandes cosas, universos que nos reconectan con nuestas mejores partes, gracias!!!
Un beso, María Chapp
Eduardo: vas entretejiendo los objetos para dar esa idea agobiante de estar de más, de no querer ser, de ser un zapato abandonado.La catarata de dolores pequeños que suman llega a su clímax con el gorrión tieso.Ahí el poema toca fondo en la pena y resurge con la esperanza del telegrama, del globo aerostático y de la sonrisa joven. Captaste muy bien la sustancia del minuto donde se resuelve la vida o la muerte, el suicidio o la supervivencia. Acaso sea ese instante donde nos salva la poesía. Saludos Irene Marks
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