Poema de Fernando Sánchez Zinny

Canto del fauno viejo

Amó a mujeres de texto indescifrable
entre jarillas en que el oro es la inconstante vecindad del mundo,
pero antes la vejez tendió nublados
cuando la arena aún no alzaba médanos
junto al tenue rosado de su hombría.

Quiso volver a transitar las márgenes de ríos extraviados, cenicientas orillas, sonoras insistencias del olvido, ayeres traslúcidos.

Y respiró matices del ocaso y habló consigo, nuevamente, después de tanto tiempo,
en contrapunto con emblemas, cuando van descendiendo ya músicas y antorchas de las que nada hay que temer.

Salió a rastrear la ausencia dispersa tras las muertes juveniles y hermosas,
con alma hambrienta de éxtasis, de sedosos marfiles, de vaivenes y pólenes.

Sintió distante el fuego, las claves de los dioses y la voz de los pájaros.

Recorrieron sus ojos la distancia
y en todo el horizonte no veía
ni hembras, ni letargos, ni consuelos.

© Fernando Sánchez Zinny
Foto: Horacio Farroni