28.10.09

Poema de Lidia Vinciguerra


(Si alargara su brazo mi madre
en este instante.
Si pudiera salir de la irreverente raigambre que la cubre
para llegar a este cuerpo de huérfana.
Si de algún modo ese pecho nacido para mí
calmara la medida de mis bordes secos
hebras de sangre que se niegan a sucumbir en cicatrices desnudas.
Si apareciera para tocarme el dolor
para creer acaso que no duele tanto.
Si alcanzara su brazo mi madre
y mi padre
y los padres de mis padres,
no invocaría la desdichada estela de muerte.
Ni a esta soledad de cigarras
que asola su regular resistencia
sobre siete cartas a punto de escritura (coronadas de noche)
potencia de cuenco
cerrado a la plegaria.

Siete cartas escribo en el cuerpo
del desasosiego.
Escribo siete cartas: son palabras inacabadas
y me intimo a desclavar la piedad.
La piedad
péndulo del madero.)

© Lidia Vinciguerra

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Esa cadencia tristem que a veces se pega a tu poesía, nos hace sentir que entramos en un templo donde el mínimo suspiro rompería el clima que vas creando.
Susana Giraudo

28.10.09  
Anonymous Anónimo said...

Doloroso y bellísimo. Alda Salzarulo

28.10.09  
Anonymous Anónimo said...

Bello y profundo tu poema, Lidia, como todo lo que llevo leído de tu obra.
Aplausos con todo mi afecto y admiración
María Rosa León

28.10.09  
Anonymous Anónimo said...

David Antonio Sorbille dijo...
Una poesía singular y conmovedora. Felicitaciones.

29.10.09  
Anonymous Anónimo said...

un poema profundo, lleno de cicatrices sin cerrar que se agolpan en el alma que sangra y extiende la mano, en busca de algo que no tuvo

un abrazo
maria elena tolosa

30.10.09  
Blogger Norma said...

Hola Lidia.
Tu poema me ha llegado al alma.
Hace tiempo que no sé de tí y no sé si resultará impertinente mi pedido pero te hago llegar mi correo electrónico por si sientes deseos de colaborar en la Gaceta Virtual.
Por favor, ponte en contacto.
Ya sabes: segadesmanias@gmail.com

2.11.09  

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