1.11.09

Poema de Alicia Márquez


CINCO SOMBREROS NEGROS

La calle Agüero
nace en Jerusalén
y muere en la calle Córdoba.

Cinco hombres de negro
la caminan.

En la tarde de enero
el asfalto es una goma hirviente.
El viento seco del infierno
pule la piel de las veredas
con su aliento.

Por el incendio de la calle
pasa la gente lenta y vencida
con vestiduras cansadas
y mirada insolada.

Pasan guaridas,
anónimos corredores,
balcones moribundos,
cortinas insondables.

Pasan escombros,
deshechos melancólicos,
valijas sospechosas,
muñecas indefensas,
trofeos abandonados.

Pasan automóviles bruscos,
perros anestesiados,
olores innombrables.

Pasan pequeños crímenes,
injurias sin destino,
diálogos insensatos,
voces entrecortadas.

A las cuatro de la tarde
cinco hombres
de simétricos sombreros negros
van con eternos ojos fijos
y una certeza idéntica:
Llevan a Dios en la mano.

© Alicia Márquez

15 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bello poema Alicia y tiene tu fuerza, tal es así, a mis oídos era tu voz la que escuchaba leerme el poema. Un abrazo

Lily Chavez

1.11.09  
Anonymous Anónimo said...

ALICIA, QUE BUEN POEMA!!, ABRAZO. Carlos Carbone

1.11.09  
Blogger Leonor Mauvecin said...

Alicia , un poema excelente , maravillosa economía de palabras , austero y profundo verdaderamente conmovedor Felicitaciones Leonor

2.11.09  
Anonymous Anónimo said...

Estupendo poema Alicia, te felicito!
un gran abrazo

Elisa Dejistani

2.11.09  
Blogger Elisabet Cincotta said...

Mi admiración a tu palabra, este poema avanza en un itinerario de vidas.

abrazos
Elisabet

4.11.09  
Blogger ©Claudia Isabel said...

si, seguramente llevan a dios en la mano...y el resto? perdimos la fe? el mundo nos tragó?
Muy bueno!

5.11.09  
Anonymous Anónimo said...

una observaciòn. o dos. o tres. el poema fluye, y tiene un ritmo interno que lo sostiene. pero ahì aparecen demasiados adjetivos y se me escapa el interès -debe ser problema mìo, seguro, quièn sabe-. cuando el poema se deja llevar por lo narrativo y no por lo descriptivo es notable.

Josè Luis Visconti

5.11.09  
Anonymous Anónimo said...

¡Muy bueno Alicia! Me parece estar viendo esas imágenes y hasta veo a Dios en la mano de ese hombre.
Aplausos y beso
María Rosa León

5.11.09  
Blogger Tony said...

Maravillosa descripción. Las palabras exactas para una pintura alfabética de gran porte. Mis felicitaciones Alicia. Antonio.

6.11.09  
Anonymous Anónimo said...

Ali
me dejé llevar como en una película
y me metí o el poema me metió dentro de él
gris fuerte doloroso
desde graciela abrazo

6.11.09  
Anonymous Anónimo said...

Gracias a todos por los comentarios.

Un abrazo,

Alicia Márquez

6.11.09  
Blogger Unknown said...

Alicia
gracias por compartir un poema profundo y lleno de imágenes. Una sucesión (que podría ser infinita) donde se encuentra la vida en todas sus propuestas, hay un todo girando en tus palabras. Muy bueno. Eduardo Chaves

8.11.09  
Blogger Juan Carrizo said...

Me pareció ver una película en blanco y negro de todo lo que aconteció desde los años sesenta en adelante aqui mismo en Buenos Aires,la agonía de la gente su impotencia ante la indiferencia del que posee el poder,el devenir de las circunstancias adeversas solo en ocaciones gozoza y un final sin final todavía (poema para interpretar talvez no lo hice bien perdona)

9.11.09  
Blogger Unknown said...

Qué historia la de este poema. Y el final contundente. Pintás que da envidia, che!
Me encantó, Alicia!
Besos.

13.11.09  
Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Alicia ¿Que decir? Me encantó. Por supuesto ante un poema como este siempre es el lector el que cierra la historia. Y la mía, no se por que extraño mecanismo de mi mente, me llevó al Barrio de Once, a sus callejuelas llenas de telas y colores, de razas diversas y lenguas de Babel, de galas y oprobios, dónde todas las tardes podemos ver algún hombre de negro, oscuras barbas, oscuros sombreros llevando a Dios en sus maletas. Bravo.

22.11.09  

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