Poema de Alberto Peyrano

MUY CERCA

Reclama en mi interior oscurecido
un viejo tiempo de relámpagos,
de selvas compartidas,
de días sin ocaso.
Y en esta telaraña de rutinas
mi corazón cansado se solaza
imaginando un punto de partida.
Veo una estrella en su caída
que vivifica de nuevo la esperanza
y sigo mi sendero, apretujando
un pedazo de luz que no he olvidado
y una canción antigua que me cuenta
que lo único que tengo es este día.
Aminoro la marcha. Me detengo.
Una flor ha reclamado
el deslucido azul de mis pupilas
y este perro que pasa aquí a mi lado
me pide con su cola una caricia.
No está perdido todo. Allí nomás, muy cerca,
el mar sigue cantando.

© Alberto Peyrano