Poema de Héctor Miguel Ángeli
JUICIO ORAL
Vamos a ver:
estás aquí, sentado en un café
y escuchas las hermosas palabras
que te dicta tu inseparable compañera,
esa Poesía que nunca sabes
si es una puta o una santa
aunque no importa mucho
porque siempre es una mujer de noble corazón.
Analicemos:
las hermosas palabras no pueden ser reemplazadas.
Esto implicaría una infamia
cuando caen sobre las fotografías del mundo.
Por ejemplo:
la cabeza cortada de un adolescente
rodando sobre el asfalto.
Sin embargo, esa palabras no sirven
para detener al esbirro
que mañana cortará otra cabeza.
Ahora bien:
la palabra es siempre una desesperada
en el crepúsculo del desierto.
Pese a sus fulgores,
no puede resolver sin la idílica sombra.
Una prueba:
¡Pobrecitos los poetas!
Quieren ser útiles, salvar las armas,
luchar por todos contra el muro del vacío,
pero la belleza siempre los traiciona.
¡Oh, sí, pobrecitos!
Última instancia:
la Poesía renace en una guarida de alucinados.
Conclusión:
se te va la vida
en lo que no dices y en lo que no haces.
Te queda, muy pequeña, la muerte.
© Héctor Miguel Ángeli
4 Comments:
sin duda, la poesía no salvará el mundo; pero, como decía Jim Morrison: "Nada puede sobrevivir a un holocausto salvo la poesía y las canciones"
Saludos desde La Perla de Janis
Bello tu decir querido Héctor.
Un abrazo.
Lily Chavez
Muy bueno Héctor. A decir y hacer.
Abrazo.
Alucinada por tu poema , Héctor , no vale decir sólo "es bello" es más, mucho más, te felicito , ha caldo hondo ¿puedo llevarlo a mis talleristas?
Sólo repetir "la poesía es un arma cargada de futuro"
Leonor
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