2.2.10

Poema de Fernando Giucich



LA CALANDRIA

Se acabaron nuestros largos paseos
por la vieja calle de adoquines rojos.
Los titiriteros con sus fantoches de feria
aguardan para contarme
sus fantásticas historias.
Van cambiando los colores del cerro
y los jinetes han huído
por senderos sin retorno.
Aquí termina una historia
y empieza otra.
La calandria está dormida.
Tú también.

© Fernando Giucich

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Fernando:
Me gustó ir siguiendo el pulso del poema, dando forma a las imágenes, imaginar el sueño de ella y la calandria.

Un abrazo

Lily Chavez

2.2.10  
Blogger galáctica said...

El cuadro que pintás ("adoquines rojos","titiriteros""fantoches de feria""colores del cerro") nos trae la vida plena de sensacionespor la cercanía a la naturaleza de un pueblo de montaña. A la vez nos trae la nostalgia, la ausencia, "los jinetes" que se han marchado, y "la calandria" que se ha quedado dormido. Dolor, ausencia, ternura y mucha memoria desde el corazón en este poema -pintura - elegía.Saludos de Irene Marks

4.2.10  
Blogger Adriana said...

Gracias por este poema suavemente nostágico, que pinta paisajes de la tierra y del alma. Un beso. Adriana Maggio

5.2.10  
Blogger Unknown said...

Hermosa construcción, querido Fernando. Qué alegría verte también por aquí.
Un abrazo.

17.2.10  
Anonymous Anónimo said...

Hermosa conjunción de imágenes sensoriales.
¡Bravo Fernando!
Aplausos y un gran abrazo

18.2.10  
Anonymous Sonia Quevedo said...

Y así fue como el circo de lona, un día gris de junio, nunca más volvió con sus risueñas adivinas, guitarras, zapateo y canto.

Extraña regresión a los años 50 viví al leer su poema.
Gracias por tan maravillosa visión.

Sonia

24.2.10  
Blogger Nerina Thomas said...

La calandria due el detonante, el sentimiento lo refleja.
Viva la calandria!
un cariño

27.2.10  

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