Prosa de Marta Braier
El agua empujó toda la noche ... Yo la llamaba Después entendí que era inútil nombrarla: ella se llamaba a sí misma
Todo esto pensaba cuando observé que el río de atrás de los ojos empezaba a secarse ... Ahora no puedo bajar los párpados
Qué es esto de estar vigilante todo el tiempo Ayer vinieron sonidos apacibles y me dormí con ellos
Este lugar no lo voy a dejar nunca
© Marta Braier
7 Comments:
Marta: ese secreto río del tiempo que canta en tu poema (mejor dicho: fragmento del extenso poema con que pronto nos asombrarás) acarrea, en su lecho, una profunda sabiduría. Y es, claro, la vida, a veces tan excesivamente lúcida de sí ("¿Qué es eso de estar vigilante todo el tiempo...?")y tan densa, que se seca detrás de los ojos. Los ojos, tu mirada que al mirarse a si misma abarca el mundo.
El abrazo admirado
querida Marta: sabés que valoro tanto tu trabajo, tu excelente y hondo y apasionado trabajo.
Gracias y un abrazo de osa.
Emilce
Encontrar ese lugar (¿el del equilibrio?) que nos ampare. Y no dejarlo nunca. Quién pudiera.
Abrazos
Alicia Perrig
Marta:
Qué hermoso! Este profundo poema -como un río-, recorre detrás de la mirada y en sus palabras de agua a una gran poeta.
Gracias, un beso!
Montse Bertrán
Ah de Heráclito, de Heráclito.
Alas para tu vuelo en libertad!
Sensiblemente, Fanny
El pasado se endurece detrás de los ojos, no puede quitarse con lágrimas, es parte de nosotros. Pese a que la marea se seque, pese a que creemos que el pasado se va, siempre sigue con nosotros de otra manera. Somos nuestro pasado.Somos nuestra memoria.El agua que "se llamaba a sí misma" eja de fluir pero ha dejado su huella.Somos el cauce de ese río.Excelente poema Irene Marks
Un acabado monólogo interno, filosófico, profundo. Y toda la belleza del poema.
Felicitaciones!
Graciela Bucci
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