Poema de Patricia Díaz Bialet
NO SOY MUJER DE ESTAR ENTRE LAS OLLAS
No soy mujer de estar entre las ollas
Ni siquiera incipiente prostituta
Convivo con el hombre hasta que aguanto
Hilvano pesadillas de trabajo en ésta mi ciudad ambivalente
El río es mi más perverso compañero
-cada mañana recuerdo cómo fue lanzado el cubo de agua en los que ya no regresan-
Mi perra, el alma que se cuela entre la nube en plenilunio
Rindo homenaje a mi hartazgo ante la utilidad de las cosas
Hago lo opuesto de lo que necesito
No sirvo para las tretas de la vida
Ni para la tediosa albúmina que abreva en mi pena
No sirvo para tamaña procesión de guerra que es la vida
Para la locuaz enmienda del dinero
Para la sobrevida
Los lujos
O la madeja de pánico que se entromete en mi sueño
Y me descalza las palabras
Entonces creo que el abrirme a vos es necesario
Pero nunca es suficiente
Yo necesitaría un hombre ángel
Alguien que amordace el tiempo subterráneo que me nace
El palmo de frescor que me regrese al revés de la noche
Y finalmente un lugar esponjoso en donde hundirme para siempre
© Patricia Díaz Bialet
8 Comments:
Excelente poema Patricia, escéptico, pero construido con un gran oficio y talento.
Amalia M. Abaria
cuando puedas entrá a mi blog y lee el poema en recuerdo de Atilio Castelpoggi
un abrazo
¡Bravo, Patricia! Un bello y profundo canto de amor y dolor de amor.
Aplausos y besos
María Rosa León
Patricia
estoy temblando todavía luego de leer tu poema, es tan intenso, exigente, atrevido y sincero, que no puedo recobrar el equilibrio. Todo esto es para decirte que TE FELICITO por un texto magnífico. Eduardo Chaves
Patricia,
interesante poema, vale la pena la metáfora del amor, muy bonito!
felicitaciones!
Marta Pimentel Álvarez
Patricia,
interesante poema, vale la pena la metáfora del amor, muy bonito!
felicitaciones!
Marta Pimentel Álvarez
Me he quedado sin palabras y aplaudiendo, Patricia querida.
Besos.
Mig
Profundo atrevido frontal
tu poema llega y nos arrastra
aplauso intenso
desde graciela abrazo
Hermoso poema , que nos muestra el epejo donde miramos el rostro de la vida Un abrazo Leonor
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